5 abr 2008
Martin Luther King Jr.
Porque tu sueño, señor reverendo, nunca morirá, aunque muchos necios con pistolas se esfuercen en quitarlos la esperanza.
Porque todos queremos lograr esa paz entre hermanos de la que hablabas en tus discursos, aquellos que 40 años después de tu inútil asesinato, ya que tú carisma y valor aún nos inunda, pues aún es un reto, aunque con optimismo podemos decir que han caído algunas barreras, y el ejemplo más actual está en Obama (candidato a la Presidencia de tú amada América por el partido Demócrata), que si gana, y espero que así sea, se convertirá en el primer afroamericano en gobernar EE. UU.
Pero aun así nos queda mucho trabajo por delante, porque aunque hayan transcurrido cuarenta años de tus movilizaciones, nos queda mucho por hacer, a blancos, a negros y a todos los habitantes de este mundo, inmenso en riquezas, pero también rico en necios. Porque debería ser tan estúpido usar el tema de la distinción entre colores de piel como hacerlo por el color de ojos, pues otra variedad no concibo entre unos y otros, salvo las históricas, que bien se deberían usar sólo para una conciliación sin fecha de caducidad y justa, o para el caso de la educación, que así nos evitaría no errar de nuevo.
Ojalá maestro King, tu sueño, ese que hablaba así: Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”. Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad. Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia. Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. ¡Hoy tengo un sueño! , se haga realidad. Ojalá la libertad impere pronto en la sufrida Madre Tierra, y ese día llegue pronto.
Les dejo un pedazo de mi sueño, compartido imagino, y un fuerte abrazo.
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