17 sept 2008

Rubi Carter:


Esta es la historia real de Huracán Carter, la cual resultó ser tan injusta que revolvió a la sociedad y Bob Dylan le dedicó una canción, la cual he hallado en Youtbe::

Suenan disparos en el bar, por la noche
Entra Patty Valentine y desde la entrada de arriba ve al camarero en un charco de sangre
Grita: "¡Dios mio, los han matado a todos!"
Ésta es la historia de Huracán el hombre al que las autoridades culparon de algo que no había hecho
Lo pusieron en una celda pero podría haber sido el campeón del mundo.
Tres cuerpos yacen por donde Patty puede ver y otro hombre llamado Bello, merodeando por la zona misteriosamente
"No lo hice", dice, y levanta sus manos.
"Yo sólo estaba robando en la caja", espero que me entieda
"Yo los vi marchar", dice y se calla
"Uno de los nuestros debería llamar a la policía"
Patty los llama y llegan a la escena del crimen con sus luces rojas en la cálida noche de New Jersey
Mientras tanto, lejos, al otro lado de la ciudad Robin Carter y dos amigos daban una vuelta en coche por ahí
El contendiente número uno de los pesos medios del boxeo. No tiene ni idea de la mierda que le está a punto de caer encima cuando un policía les detiene y les manda parar en la cuneta.
Igual que la vez anterior, y la anterior, y la anterior.
En Paterson, es como funcionan las cosas.
Si eres negro, mejor no salgas a la calle ano ser que quieras que tu madre lo lamente.
Alfred Bello tenía un compañero, y tenía una denuncia que dar a la policía. Él y Arthur Dexter Bradley estaban merodeando por la zona. "Vi a dos hombres correr", dijo. "Dos tipos de peso medio". "Subieron a un coche blanco, con matricula fuera del estado".
Y la señora Patty Valentine asintió con la cabeza.
El policía les dice: "Esperar un momento chicos, este no está muerto"Así que lo levantaron y lo llevaron al hospital. Y aunque a éste hombre le costaba ver bien le preguntaron si podria identificar a los asesinos.
Las 4 de la mañana, y llevan a Rubin a presentarse en el hospital, el hombre herido le mira a través del único ojo bueno que le queda, y dice: "¿Pero qué me traeís aquí?, ¿éste no es el hombre?.
Si, ésta es la historia del Huracán, el hombre al que las autoridades culparon de algo que no había hecho.
Lo pusieron en una celda pero podría haber sido el campeón del mundo.
Cuatro meses después, los guetos están que arden. Rubin está en Suramérica, luchando por su nombre, mientras Arthur Dexter Bradley, todavía metido en el caso del atraco está siendo presionado por la policía, que busca alguien a quien culpar.
"¿Recuerdas aquel asesinato en el bar?" "¿Recuerdas que dijiste que habías visto escapar un coche?" "¿Crees que puedes jugar con la ley?" "¿No crees que fue aquel boxeador al que viste correr aquella noche?" "Recuerda que eres blanco" Arthur Dexter Bradley dijo que no estaba seguro. "Un pobre chico como tú nos puede ayudar mucho", le dice la polícia. "Te tenemos pillado por el trabajito del motel, y podemos hablar con tu amigo Bello". "Venga, no tienes porqué ir a la cárcel. Se un buen chico". "Le harás un favor a la sociedad". "Ése hijo de puta es un rebelde, y cada día se vuelve más" . "Queremos poner su culo en la cárcel". "Le cculparemos del triple asesinato". "No es el Caaballero Jim, precisamente".
Rubin podría cargarse a un tipo con un solo golpe pero nunca hacía más que eso. "Es mi trabajo", dce, "y lo hago por dinero" "Y una vez acabado, acabado está". Era un paráiso donde las truchas campaban a sus anchas, y el aiire era puro cabalgando a caballo a lo largo del camino.
Pero lo cogieron u lo pusieron en la cárcel donde convierten a todo un hombre en todo un ratón.
Todas las cartas de Rubin estaban marcadas de antemano. El juicio fue una falsa, nunca tuvo oportunidad alguna. El juez convirtió a los testigos de Rubin en borrachos de los barrios bajos.
Para los chicos blancos que lo vieron, no era más que un vagabundo revolucionario. Para la gente negra él era sólo un negro loco. Nadie dudó que él había tirado del gatillo. Y aunque no tenian pistola para probarlo. La policía aseguró que había sido él el culpable. Y el jurado de blancos estuvo de acuerdo.
Rubin Carter fue injustamente acusado, el crimen fue número "uno" ¿adivinas quién testificó? Bello y Bradley mintieron, y los periódicos relataron la farsa como verídica. ¿Cómo puede la vida de un hombre estar en la palma de la mano de uno idiotas?

2 comentarios:

Señor Werty dijo...

Es un temazo, más de una vez me he pasado el día entero, casi, escuchándola.

Sau2

Señorita Puri dijo...

y ese violín, al final, a toda mecha... uff voy a ponérmela en el ipod que hace mucho que no la escucho