
No sé nada de golf salvo los nombres de algunos jugadores españoles, como el de Severiano Ballesteros, de carrera impresionante, y según sus compañeros de profesión, poseedor de una magia que en los campos, y ojalá en la enfermedad, lo ha sacado de apuros en el juego.
Ánimo, Seve; que la suerte no te falte y la salud no te abandone.
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