Ayer la selección española de baloncesto ganó el trofeo que más les ha costado ganar. Y lo hicieron jugando como ellos saben, jugando y disfrutando como niños pequeños, no como estreñas. Por dios, qué gran dominio lograron ya desde el primer instante y que no dejaron, salvo por algunos minutos al comienzo, donde parecía ser que sería un rival más duro, pero que va. Nuestros chicos dominaron, y aún lo habrían hecho mejor, si Servía hubiera dado más de si, porque entonces si hubieran ido enchufados al 100 %.
España ganó y yo dormí mjor que nunca.
¡C A M P E O N E S!
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