10 dic 2013

Leer, leer..y la maravillosa afición por la literatura

Tal vez de niño no fui un buen lector, seguramente fuese así. Pero aún con estas, la idea de ver a un pequeño distraerse y emocionarse tomando un libro me cautiva.
Sin embargo hoy en día, y tal vez en mi infancia, el hábito por leer está mal relacionado con el de estudiar. Y por tanto resulta poco, sino nada atractivo, leer por entretenimiento. Y esto es algo que se tiene obligación de cambiar. 
No sé de qué manera, qué técnicas se deberían de usar, pero hago hincapié, en qué la sociedad debe cambiar la visión  que de los libros tienen nuestros menores porque ellos son nuestro futuro, y mal nos irá si desperdician la gozada que significa la aventura del saber. Porque la lectura no implica únicamente estudiar, pero sí acumular conocimientos, agilizar la imaginación, enriquecerse de vocabulario,  conocer otros puntos de vistas; madurar al fin y al cabo.
Leer es vivir aventuras, leer es vida y leer es divertido. Sólo necesitamos encontrar el libro que nos satisfaga, que nos sobrecoja, que nos hechice y nos inculque esta gran afición,  aquí me vale hablar de niños y de adultos. Lo mismo somos porque igual de herrados nos conducimos cuando rechazamos leer en lugar de ver la televisión u otra afición vacía.

Para concluir sólo deseo que pronto hagamos el cambio de mentalidad, él mismo que nos hará grandes liberándonos del consumo masivo. Pero sería gilipollas por mi parte o un torpe, si olvidase que quién primero ha de cambiar soy YO. El que de adolescente leía y leía, hasta 8 novelas en un solo verano y ahora no alcanza ese número ni en 12 meses. 

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