Cuando he leído la noticia del fallecimiento de Luís Aragonés, he deseado que fuese una macabra broma, o un fallo en mi lectura. Pero tras consultar diversas fuentes de información, me he dado cuenta de que no era un espejismo. Sino real. Tan real como que ha sido n gran hombre, un buen tipo que ha amado su profesión trabajando cada día hasta hoy.
Se le echará de menos. Fue el origen. Con él España ha comenzado a triunfar futbolísticamente.
D. E. P. para uno de los mejores entrenadores que ha visto la Selección española de fútbol. Sus discusiones con los jugadores eran memorables pero su paso por la Selección es histórico a la vez que entrañable. Gracias a él dejamos de soñar para pasar a ser campeones de Europa. Y nunca olvidaré el bien que hizo en el R. Mallorca. Fue un entrenador de casta, un amante del balompié, un hombre sin pelos en la lengua y el Sabio de Hortaleza.
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