Ni los australianos ni nosotros mismos nos jugábamos nada; para ambos independientemente del resultado nos apearían de la competición.
Australia comenzó jugando con más fuerza que nuestra selección, creando ocasiones de gol que me hicieron sufrir, pero España que quería terminar dando una victoria, coló el primer gol deshaciendo el empate.
Nacido de las botas de Iniesta, quien lo hizo cruzar la linea de gol fue Villa. El Guaje se despidió por siempre de la Roja realizando el trabajo que nadie mejor que él sabe hacer. ¡Ains! ¿Qué hubiese sido de nuestra andadura si del Bosque hubiese contado con él en el primer partido, aquella horribilidad, contra Holanda? Nunca lo sabremos pero quizás hoy estaríamos dando brincos por haber pasado. Mas ya no sé puede hacer nada y de la ilusión no se vive.
Con el primer gol nuestra selección resucitó y se creció volviendo a ser quien era, y verlos jugar fue otra vez bonito. De nuevo estaban contentos y celebraban.
Estando en el segundo tiempo, Torres, y después Mata, marcaron los dos goles finales. Goles que aunque ya no sirven para puntuar nos devolvieron la ilusión.
Tras el partido, y mientras tanto, los comentaristas me llegaron a hastiar repitiendo que para ciertos jugadores, según sus fuentes, iba a ser ese el último partido para muchos. Por ejemplo: Iker Casillas, Xavi Hernández, Xavi Alonso, David Villa, e incluso el mismo seleccionador.
A todos ellos, jugasen ayer, vayan a continuar o no, únicamente me queda, darles las gracias y felicitarlos. Este Mundial fue lamentablemente una competición en blanco, carente de éxitos, pero ellos, con sus gloriosos días del pasado, y de los tres partidos de esta fase de grupo, se merecen un aplauso.
El caso es que para nosotros ya no hay Mundial y que a partir de ahora solo tenemos que pensar en la próxima competición: La Eurocopa de Francia 2016.
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