Al principio no iba a sumarme a la idea de homenajear a Elvis Presley, pero ha llegado el momento en que he cambiado de opinión, y gracias a Espía del Silencio, a sus palabras de admiración hacía El Rey, y a esas fotos, que forman parte de la memoria colectiva, incluso los que nacimos cuando este hito ya descansaba en paz.
Pero en mi memoria quedará siempre la imagen de una amiga de mi madre que lloró tras la muerte de Elvis. Isabel sufrió la muerte de El Rey en un año en que ni su hijo Alex ni yo eramos seres vivientes, ni siquiera proyectos. Y aún así la recuerdo llorando. Y si mi madre se extrañó de los sentimientos de su amiga, yo no. Quizás no hubiese llorado por Elvis de haber tenido edad, pero sé por quién lloraré aunque mis ojos no hayan sido vistos por lo de ese ser al que admiro terriblemente, al igual que Isabel admiraba al inventor del Rock.
Pero mi memoria si alcanza a recordar momentos en que la sombra alargada del tío que mejor movía las caderas ha influido. Y aquí va una breve lista.
A mí que me encantaba cantar canciones setenteras, me agradaba, o molaba cantar una versión al español de "All shook up".
Otra influencia de este tipo son las gelenchas o tupés. Y calzar deportivas con vaqueros y camisetas. ¿Y quién no se acuerda de ver a Tom Hanks bailando como el Rey Elvis en Forest Gum?, hasta yo que no soy admiradora de esta película me acuerdo.
Y es que este hombre que lucho en Vietnam, condujo tanques, es un icono en la cultura moderna por derecho propio. Y por derecho propio ocupa este espacio, aunque yo apenas sé de él, hoy es un buen día para rememorarlo.
Me puse un CD de Elvis Presley para escribir esta actualización y he vuelto a aprender que sus canciones son parte de mí. Y de todos. Aunque de las Isabele's más.
El Rey nunca morirá. Nunca murió.
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